sábado, 30 de octubre de 2010

Sat Rain

Y te das la vueltita del camino a casa, siempre por la misma vereda. Lo sabes, haces bailar a la arena con esa percusión de zapatos sin abrochar que interpretas a tu paso. Eres ritmo al trote y eres destello en la brisa. Se te viene el tiempo, y se te viene un respingo a altura del ombligo, porque es la hora de comer y por muy teórica que seas, las empanadas de la vieja no te las puedes perder, pero te da igual. Danza de hoguera de invierno. Nunca te llueves, si acaso, te mojas, mas lo cierto es que las nubes no se te orquestan, por la sencilla razón de que no cabe música en el mundo si tú la arrancas así, como sonríes. Todo queda de ese modo, muy ordenado, muy de escuela elemental, hasta que recuerdo que tu inocencia hace una inseparable pareja con la sensualidad. De ahí que el sencillo tarará que usas por sombrero vuelve hacia ti a todo lo que es testigo de tu paso y ya no es tierno oír tu melodía ni lascivo perderse en el abismo de tu escote, ya ES.

No hay comentarios:

Publicar un comentario