viernes, 21 de mayo de 2010

Maldito Bastardo

Soplar vidrio inconscientemente, escupiendo tapices y retablos, donde tormentas lloran, truenan o dejan paso a la calma, sin pudor alguno, con toda la libertad que les permite el cielo abierto como único límite. Resabiados, prestos a la lidia con ventaja y luciendo modesto traje de certezas para no hocicar en la medida de lo posible. Es esta la única manera de hacer lo blanco, negro, y lo negro, blanco, pero...pero ojo con la cera en las aceras, resbaladizos escalones entrampan el trasiego y ponen las respectivas vitolas en una cesta cuyas mimbres hace tiempo que olvidaron el sonido del río, así como su color, su olor, y todas esas cosas que hacen al junco, junco, y al hombre, hombre. Por analogía, la flexibilidad sobrevino un imposible y el rigor de la realidad se engalona llevando a cabo con precisión quirúrgica la misión que le ha sido encomendada, cercenar de raíz a todo aquel rastro de [Fill the Gaps] cuya osadía le llevase a sobrepasar lo, conceptualmente, y he aquí donde entran en juego mis filólogas amistades, pensado.

1 comentario:

  1. el cielo abierto como único límite

    Genial. Y muchas gracias. ¿Le conozco? :-)

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